Salud

Padres mayores: 7 señales de que ya es hora de ofrecer ayuda

22 Mar, 2009

Padres mayores: 7 señales de que ya es hora de ofrecer ayuda

  

A medida que los padres envejecen, usted quiere saber que están cuidando bien de sí mismos, manteniéndose saludables, y que son capaces de disfrutar de su independencia. Usted también quiere proporcionarles asistencia si alguna vez necesitan de su ayuda. 

Pero, ¿cómo saber que necesitan de su ayuda si nunca la piden? ¿Cuándo debe intervenir para ayudarlos? 

Si sus padres experimentan una enfermedad o accidente repentino, sus necesidades son rápidamente obvias, y su papel en el prestarles atención se hace evidente de inmediato. Pero si las cosas progresan más gradualmente, puede ser difícil medir cuándo intervenir y cuánta ayuda ofrecer. 

A menudo los padres dudan en pedir ayuda a sus hijos, insistiendo en que pueden "manejar" las cosas. Algunos mantienen una delgada línea entre el cuidado y los mimos, en cuyo caso usted debe seguir las indicaciones de ellos. 

A veces los padres simplemente no se dan cuenta de que necesitan ayuda. En estos casos, usted deberá permanecer atento a cualquier signo o patrón que llame la atención y pueda ser una señal de que ha llegado el momento de involucrarse más. Claramente, si usted nota comportamientos peligrosos que posiblemente amenacen la vida, usted debería intervenir por su seguridad. 

Cuando evalúe si debe intervenir con ayuda, busque estas siete señales. Son indicadores de que usted puede necesitar estar más "atento"; para asegurarse de que sus padres se mantengan seguros y felices.

 

  1. Dificultad para caminar o subir escaleras. Los padres que tienen problemas para desplazarse podrían estar en mayor riesgo de caerse y sufrir lesiones graves. La movilidad deficiente también puede dificultar el cuidado completo de uno mismo. 
  2. Mala higiene personal, ropa sucia, dificultad para afeitarse o ducharse. Las apariencias externas pueden indicar una incapacidad para mantener la rutina diaria de un buen aseo personal. 
  3. Cambios en los hábitos alimenticios. La pérdida de apetito y la pérdida de peso pueden ser signos de enfermedad. O puede significar que sus padres ya no tienen la energía necesaria para cocinar o que son incapaces de atravesar por las muchas actividades de la cocina que se requieren para preparar las comidas (leer las etiquetas, operar los electrodomésticos, usar los utensilios de cocina, limpiar los platos). 
  4. Olvido o confusión sobre cosas familiares. Aunque la pérdida de memoria relacionada con la edad es normal, tenga cuidado con los patrones de olvido que interfieren con la vida diaria. 
  5. Olvidar los medicamentos o tomarlos con demasiada frecuencia. Un médico o farmacéutico puede ayudarle a identificar si sus padres se están negando a tomar sus medicamentos o si se están sobre medicando. Algunos de sus comportamientos también pueden ser reacciones a los medicamentos y es posible que se requieran ajustes sencillos. 
  6. Depresión, irritabilidad persistente o cambios repentinos de humor. Todo el mundo tiene días malos, se pone de mal humor o se siente triste. Pero los sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, mal humor o inquietud deben ser tratados. Del mismo modo, tenga en cuenta si sus padres están retraídos o han perdido el interés o el placer en personas, pasatiempos o actividades que alguna vez les dieron alegría. 
  7. Facturas vencidas. Estos son signos de que sus padres pueden estar teniendo dificultades para mantenerse al día con sus finanzas personales. Otros incluyen simples errores de contabilidad, como hacer pagos duplicados.

 

Interviniendo

 Si cree que es el momento de ofrecer más ayuda, discuta sus preocupaciones con sus padres, específicamente aquellas relacionadas con su seguridad, salud y protección general. Hágales saber que usted se preocupa y que está interviniendo con apoyo, no pidiéndoles que se hagan a un lado. Permítales que den sugerencias sobre las formas en que usted puede ayudar. 

Si es difícil para sus padres aceptar su participación, tenga paciencia. Trate de hablar con un médico o profesional de la salud para obtener orientación adicional. Aproveche los recursos locales de atención a la tercera edad para obtener más información sobre cómo manejar su situación particular. 

Con un poco de comprensión, puede trabajar con sus padres para crear soluciones útiles que beneficien a todos.